Información, actualidad y noticias de interés.



Indice:
  • La economía andaluza en las tres últimas décadas.
  • Desigualdad de oportunidades.
  • Pequeño comercio - grandes superficie.

Para comprender cual es el contexto en el que se mueve el grupo de trabajo de Ingenio Triana, y el motivo de la línea de investigaciones, publicamos la síntesis de un maravilloso artículo escrito por Manuel Delgado Cabezas que hace un repaso de la economía en Andalucía en las últimas décadas. Espero que os guste.


 LA ECONOMÍA ANDALUZA EN LAS TRES ÚLTIMAS DÉCADAS (1981-2011).




A finales de los años 70 y principios de los 80, Andalucía inició un camino en el que se esperaba que se pudiera avanzar hacia la solución de los graves y seculares problemas que tenía planteados, muchos de los cuales tenía una clara dimensión económica. Para aproximarnos a la situación actual de la economía andaluza, se hará referencia a los principales objetivos que, en lo económico, se han definido en las dos versiones del Estatuto de Autonomía de Andalucía.




  • El trabajo como aspiración:
El problema del paro, ha venido siendo el principal problema a resolver en Andalucía. De esa preocupación se han hecho eco las dos versiones del Estatuto de Autonomía, de modo que en la de 1981 se señalaba como primer objetivo: “La consecución del pleno empleo en todos los sectores de la producción, y la especial garantía de puestos de  trabajo para las jóvenes generaciones de Andaluces”.

En 2012 el número de parados se ha multiplicado por 3,6 de modo que más de la tercera parte de los andaluces que concurren al mercado de trabajo se encuentran en situación de paro. De los 279 territorios considerados como regiones por la Unión Europea, Andalucía ocupa el primer lugar en el ranking de paro; con especial incidencia en la población femenina (cuatro puntos por encima de la masculina) y los jóvenes (más de la mitad de los activos menores de 25 años en 2012 está en paro).


Tan importante como señalar el fenómeno del paro, resulta resaltar la continuidad de su carácter estructural. En este sentido desde 1976 el número de parados ha ido en ascenso, con dos paréntesis:


-          Desde 1987 hasta 1990, años en los que la actividad constructora experimenta un auge importante.

-          A partir de 1994 hasta 2007, coincidiendo de nuevo con un auge del negocio inmobiliario.

Lo más llamativo de la evolución del paro en esta última etapa quizás sea su vertiginoso ascenso desde el año 2007, de modo que en dos años, 2008 y 2009, aumentó el número de parados en 541 miles, cifra que está muy por encima de la reducción que tuvo lugar en el período de auge del negocio inmobiliario(378 miles).

Salvo estas dos interrupciones, puede decirse que la economía andaluza ha visto incrementarse el número de parados de manera continua. Más de la mitad de los parados andaluces no reciben prestación (cobertura asistencial al desempleo, 2011 de  un 48,4% en Andalucía), contrariamente a la idea de una Andalucía “asistida” puede decirse que el nivel de protección social está para los andaluces por debajo del que tienen  en otras comunidades. Esta menor protección traduce una mayor precariedad en el empleo, y en general, las peores condiciones en las que se desenvuelve el trabajo en Andalucía, que impiden el cumplimiento de las condiciones necesarias para recibir prestaciones contributivas. Esta desventajosa situación del mercado de trabajo andaluz, se refleja en indicadores de la tasa de pobreza, que en Andalucía, se sitúa en 2011 entre el 30-35%. Aproximadamente la tercera parte de la población andaluza se encuentra por debajo del nivel de la pobreza. La pobreza se revela aquí como una realidad persistente.

  • “La cuestión agraria”, pendiente:
En el Estatuto de 1981 se recogía también como objetivo la reforma agraria: la estructura agraria característica del campo andaluz había venido siendo fuente de pobreza y paro para la población rural andaluza, habiendo llegado a convertirse esta cuestión en uno de los “marcadores identitarios” de Andalucía. La resonancia del tema llevó pronto a la Junta de Andalucía (1984) a proponer una Reforma agraria que iba a terminar quedándose en el discurso. Una reforma que insistía en una modernización que hacía décadas que la agricultura andaluza había emprendido por sí sola.

La idea, el proyecto y la propia Ley fueron ampliamente utilizados para alimentar la imagen de que por fin se emprendía el camino para resolver y superar un problema que en realidad se desactivaba desde la propia “virtualidad” de la reforma planteada. En el Estatuto de 2007 se vuelve a recoger la necesidad una política de reforma agraria.

Mientras tanto, en las tres últimas décadas, la intensificación de los cultivos y su creciente orientación exterior ha llevado a la agricultura andaluza a una progresiva desconexión con su entorno social y natural que salta hoy la necesidad de gestionar el sector desde lógicas y manejos compatibles con su sostenibilidad y con criterios que propicien la función social del uso de unos recursos cada vez más alejados de las necesidades básicas de los habitantes de Andalucía.

  •  Los campos andaluces ¿Al servicio de quién?

La agricultura andaluza ha experimentado en esta etapa un proceso vinculado al papel de Andalucía dentro de la división territorial del trabajo, profundizado en la globalización; un papel reflejado en la evolución  en las últimas décadas del peso en la producción andaluza de ciertos cultivos que han ido acaparando de manera creciente la producción y la dedicación agraria de Andalucía.

  • Almería, fábrica de hortalizas: 
Aunque la producción de hortalizas ha venido creciendo en Andalucía desde mediados de los 70, los años 90 marcaron el inicio de una fuerte expansión asociada mayoritariamente al acceso a los mercados europeos. Se ha pasado de los 3,5 mill de tn de 1990 a los 5,2 de 2011. Este incremento en el peso de la horticultura, tiene una clara proyección territorial, con una fuerte concentración espacial de la producción, cuyo soporte físico se  circunscribe cada vez más a una parte muy pequeña de la superficie agraria utilizada de Andalucía: en los invernaderos de Almería, se localiza en 2011 el 67,3% de esta producción hortícola de Andalucía.
Este proceso de fabricación de hortalizas entraña la movilización y el uso de una gran cantidad de recursos naturales, procedentes en su mayor parte de la zona donde se localiza el modelo. La estimación de los flujos físicos asociados a este sistema productivo local pone de manifiesto:

-          Un consumo de agua que, alcanza los 123Mm (3), de los cuales 113 Mm (3) se extraen de aguas subterráneas, usándose y deteriorándose por contaminación o degradación una cantidad mayor que la que se repone por término medio anualmente en los acuíferos.


-          El sistema almeriense apoya su funcionamiento en el uso y la degradación de los stocks  de materiales disponibles en el entorno, aunque este fenómeno en términos monetarios, recogen los costos de esta agricultura. La concepción  y fabricación de semillas- en manos del capital global- tiene un carácter central para esta agricultura intensiva, siendo una de las principales vías por las que se incorpora el modelo de investigación y el desarrollo tecnológico, al tiempo que se externalizan los saberes y formas de manejo de la propia actividad agrícola.
El sistema funciona a costa de una fuerte utilización y degradación del patrimonio natural local, tomándose del mismo gran cantidad de recursos de forma gratuita. Lo que se paga, es el coste de extracción al que en algunos casos  se suma el del transporte.
No hay penalización monetaria alguna para el vertido de los residuos, cuya incidencia, no es recogida por la contabilidad convencional. Los residuos vegetales conforman un tonelaje de algo más de la tercera parte de la biomasa que sale para la venta en los mercados, e incluyen restos de cultivos y malas hierbas; su destino se distribuye entre los vertederos, la venta de flujos y el reciclaje o tratamiento y alimentación del ganado, con la consiguiente incorporación de su contenido tóxico a la cadena trófica, siendo frecuentemente  también incinerados o abandonados en los alrededores de los invernaderos, foco de difusión de plagas y contaminación para las aguas de riego. A los residuos de los fertilizantes, hay que añadir los de los agro-tóxicos utilizados para combatir enfermedades y plagas con impactos en el suelo y agua.  A estos residuos habría que sumar toneladas de plásticos a los que se unen envases, alambres, cartones, maderas, metales y sustratos. El modo de utilización de los recursos naturales y su valoración refleja una clara penalización  de lo local  desde los intereses del capital global, que queda ratificada cuando completamos el análisis con la vertiente monetaria del modelo. Un modelo para cuyo funcionamiento ha resultado clave la intensificación de la producción y la evolución de los rendimientos.

En efecto, a pesar de que la producción no deja de crecer, solo en los años que van desde 1993 a 1998 se consigue un crecimiento de ingresos por unidad de superficie, el crecimiento en esta etapa es de tal intensidad que consigue contrarrestar la caída de los precios percibidos por los agricultores. Este descenso de los precios presiona al agricultor hacia la intensificación de la producción y los rendimientos como vía de escape al deterioro de los ingresos, empujándolo hacia una explotación intensiva creciente de los recursos naturales y la fuerza de trabajo, de la mano de los cambios tecnológicos que vienen teniendo lugar en la zona, referidos a la renovación de estructuras y equipamientos de los invernaderos, la implantación de nuevas técnicas de cultivo, nuevas formas de control climático…. Elementos modernizadores que van en la dirección de tratar de proporcionar más mecanismos para incrementar los rendimientos y controlar las condiciones en las que se desarrollan los procesos productivos. El agricultor, se ve obligado a utilizar estos medios para poder seguir siendo competitivo.

En este contexto, el crecimiento de los gastos por hectárea en relación con los ingresos vienen siendo una de las características del modelo, tanto la inversión necesaria para la instalación y el mantenimiento  como los costes de cultivo hacen que el nivel de endeudamiento de la agricultura almeriense sea muy alto (Gastos crecientes, frente a ingresos insuficientes son los dos componentes sobre los que se encuentra prendida la agricultura forzada de Almería). La evolución de los ingresos, tiene bastante que ver con el sistema de comercialización y con la distribución de los productos hortofrutícolas en los mercados europeos.

En efecto, estas grandes corporaciones de la distribución son hoy centros desde los que se gobierna la cadena agroalimentaria; con un creciente poder de negociación a partir del manejo de grandes volúmenes de mercancía, márgenes muy acotados, la posibilidad de contar con suministros globales a elegir, que debilita la posición de los operadores locales.

Estos criterios de valoración, proporcionan una ilustración clara de la regla del notorio: las primeras fases de elaboración  reciben la peor valoración monetaria, mientras que los últimos eslabones son los mejor posicionados para apropiarse del valor añadido generado a lo largo de todo el proceso. La no inclusión de costes sociales y físicos en los precios, son los mecanismos que están detrás de un intercambio desigual en beneficio del capital global.




  • El olivar, protagonistas en los campos andaluces: 
En el olivar, el crecimiento de la producción ha llevado de 2,8 mill de tn en 1990 a las 6,4 millones en 2011; la producción se ha más que multiplicado en estas dos décadas, de modo que al final  de nuestro período de referencia supone más de la tercera parte de la producción agrícola en Andalucía. Desde mediados de los 80 del siglo pasado este cultivo ha  ido ocupando progresivamente territorio en las tierras cultivadas de Andalucía.
El monocultivo del olivar ha adquirido un protagonismo sin precedentes en el paisaje agrario de Andalucía. Entre los factores para explicar la expansión y la intensificación del cultivo del olivar cabe señalar, junto a la presencia de componentes institucionales, el intenso proceso de “modernización” de las almanzaras, la fuerte mecanización  de las labores asociadas al cultivo y el uso creciente de fertilizantes y agroquímicos de síntesis, elementos que,  acompañan y estimulan la inserción del olivar en los procesos de globalización acontecidos en estas tres últimas décadas. Todo ello ha generado una espiral de creciente dependencia de inputs externos, con el consiguiente incremento de costes, que junto a una evolución decreciente de los precios pagados por el aceite de oliva, han ido retroalimentando una mayor intensificación del cultivo, de modo que este proceso de industrialización del cultivo del olivar, acentuado especialmente desde la década de los 80 ha modificado sustancialmente las condiciones en las que éste se relaciona con su entorno social y ecológico.

 Estos cambios han llevado al olivar, a ser un cultivo proveedor de una única mercancía cuya fabricación implica ahora fuertes costes ecológicos que lo convierten en una carga insostenible. Así lo pone de relieve el análisis de los flujos de energía y materiales asociados a su cultivo, que nos muestra como la simplificación de usos y aprovechamiento convierte a productos que antes fueron reutilizados en residuos de gestión problemática.

La sobreutilización y pérdida de nutrientes, a la que se añade el uso de agrotóxicos en labores como la llamada “siega química”, alteran la fertilidad del suelo y disminuyen la biodiversidad, generando importantes problemas de contaminación hídrica y erosión. El uso de plaguicidas y herbicidas hacen del cultivo del olivar, “un escenario de alto riesgo, que en los últimos años ha dado lugar a numerosos episodios de contaminación de embalses y acuíferos, causando problemas para el medio ambiente y la salud pública”.

En Andalucía, la pérdida del suelo asociada al manejo del olivar, los situaba lejos de poder ser considerado un cultivo “sostenible”. El consumo de energía necesaria crece muy por encima de lo que lo hacen los rendimientos. Esto considerando solo los inputs incorporados en finca. Si añadimos los procesos de transformación industrial del producto, “la ineficiencia del sector sería mucho más visible”.

Desde el punto de vista de su dimensión monetaria, la evolución del cultivo del olivar en los años considerados está relacionada de manera fundamental por las ayudas que este cultivo ha venido recibiendo de la PAC. Desde el sistema se propone una huida hacia adelante que comienza a concretarse en “la implantación de una estrategia competitiva reorientando las explotaciones hacia nuevos sistemas de cultivo con plantaciones de mayor densidad, fácilmente mecanizables, que conllevan un incremento de la rentabilidad del olivicultor  vía reducción de costes de producción, básicamente el de recolección”. Este nuevo tipo de plantaciones exige gran escala productiva, económica y financiera, así como una gran intensidad en el uso de los recursos.

De modo que  hoy el olivar conforma un sistema productivo local que funciona al servicio de los intereses del capital global. Un  capital que cuenta en el territorio andaluz dedicado a este cultivo con una gran plataforma agro-exportadora  de la que extraer beneficios, trasladando los costes hacia el primer eslabón de la cadena y poniendo en jaque la sostenibilidad social y medioambiental de las zonas productoras.

  • La actividad industrial en la economía andaluza: 
El Estatuto de Autonomía recoge como un objetivo “el desarrollo industrial y tecnológico basado en la innovación y la investigación científica” como forma de quebrar esa dedicación, extractiva y subalterna de Andalucía, que consistía en abastecer a las regiones industrializadas de materiales y fuerza de trabajo desde una especialización primaria. Un síntoma claro de la desventajosa situación que Andalucía ocupaba en el sistema, llevó a la industria  andaluza desde un peso cercano al 20 % de la española, a casi la mitad de este porcentaje en los años en los que arranca la llamada etapa autonómica. Un proceso histórico en el que se va afianzando el papel de Andalucía como economía primaria al mismo tiempo que otras economías se consolidan como centros industriales.
Hoy la industria localizada en Andalucía supone aproximadamente un 8% de la española. En este sentido tenemos que decir que, como mínimo, estamos donde estábamos hace 40 años, con una clara continuidad en el camino seguido en etapas anteriores  y que tienen su más claro reflejo en lo sucedido en la industria agroalimentaria que continúa siendo la principal actividad industrial de Andalucía.

La especialización agroalimentaria andaluza ha ido estrechándose hasta quedar reducida a una sola actividad; una extensión de las actividades agrarias para las que el precio por unidad de volumen de las materias primas, hace ineficiente su localización alejada de las zonas en las que tiene lugar la producción agraria.

La globalización y la dinámica entre lo global y lo local han traído cambios en lo que se refiere a la estructura empresarial de la industria agroalimentaria en Andalucía. De modo que, los principales establecimientos agroalimentarios son el resultado de una intensa reestructuración como consecuencia de la inserción de la economía andaluza en un contexto en el que los circuitos esenciales de acumulación de capital aparecen dominados por grandes organizaciones empresariales cuyas estrategias contemplan ahora tanto la gestión de los recursos como el acceso a los mercados a escala global. Se trata, de un cambio cualitativo en los modos de organización por el protagonismo que adquiere el capital financiero.

En este contexto nos encontramos en el sector agroalimentario andaluz con un proceso de fuerte polarización empresarial e intensa concentración, fruto de los procesos de fusión y adquisición llevados a cabo por las grandes firmas del sector. Su actividad gira en torno a la existencia y explotación de recursos locales. En este grupo, encontramos tres características de interés:

1.       Una creciente vinculación de las empresas a las que pertenecen estos establecimientos, que actúan a gran escala  y que se traduce en la mayoría de las ocasiones en proceso de adquisición de la parte más saneada del patrimonio empresarial local desde lo global. A estas empresas hay que añadir las que se localizan ya como establecimientos pertenecientes  a grandes grupos empresariales. Se trata de establecimientos o empresas que localizados en Andalucía pasan a comportarse como piezas que forman parte de las estrategias globales del capital transnacional.


2.       Pérdida de protagonismo del capital local en la actividad empresarial más importante del tejido económico andaluz.


3 En paralelo, encontramos apellidos procedentes de la vieja oligarquía local, convertidos en concesionarios de prósperos negocios asociados a grandes marcas globales.
Unas pocas empresas, las mayores, muestran una gran capacidad para apropiarse de valor, mientras el resto se encuentra en una situación mucho más desfavorable. Esta capacidad para apropiarse de valor aparece estrechamente vinculada con posibilidad de crear y adquirir dinero, y, a partir de aquí, activos patrimoniales que pondrán al servicio sus estrategias de expansión. 
      

  • El negocio inmobiliario, convidado de piedra:

Paradójicamente, un negocio que no estaba presente a la hora de pensar en la solución a los problemas económicos que se planteaban en Andalucía, aparece en la escena como “estrella” de la economía andaluza. De la mano del negocio inmobiliario, la construcción, se supone que se va a utilizar como medio para dotar a la economía de una infraestructura necesaria, se ve convertida en  “objetivo” y motor de la economía andaluza. En las últimas décadas, el negocio inmobiliario ha tenido en Andalucía un peso muy por encima del que tuvo en la economía española; el sector de la construcción llegó a suponer, en 2007, el 14, 4% del PIB. A esta cifra habría que agregar la incidencia sobre el consumo de llamado efecto riqueza,  derivado de la revalorización de activos inmobiliarios que relacionaría el negocio inmobiliario con una parte del PIB que estaría próximo al 40%. Estamos sin duda ante la principal actividad económica de Andalucía, durante el período considerado.

En relación con la promoción inmobiliaria en Andalucía se construyen, en el período de 1991-2007, un número de viviendas que está próximo al millón y medio de viviendas nuevas, bastantes más que en ninguna otra Comunidad Autónoma. Se han construido viviendas a un ritmo que viene a ser el triple del ritmo al que crece la población Andaluza. A pesar de lo cual, se encuentra cada vez más lejos de la posibilidad de acceder a una vivienda. Dicho de otra manera, el objeto de esta economía coincide con el de los amos del negocio inmobiliario: acumular para poder seguir acumulando.

Este negocio inmobiliario, es también un ejemplo de que el proceso económico se reduce en gran medida a un proceso de creación y apropiación de valor monetario. De manera que el enriquecimiento de unos termina siendo a costa del empobrecimiento de otros y lo que se anuncia como un proceso de creación de riqueza en beneficio de todos termina convirtiéndose en mayores cotas de deterioro ecológico y social para la gran mayoría de los ciudadanos.

En este contexto, el territorio andaluz se ha “ordenado”, a golpe de recalificaciones y convenios urbanísticos; una ordenación en la que el libre mercado ha brillado por su ausencia y los ingredientes han venido siendo el amiguismo, el tráfico de influencias, las presiones políticas… Se ejemplifica de esta forma la oligarquización del poder, instalándose el “todo vale”, la ausencia de responsabilidades, nadie dimite, la palabra no tiene valor, nada tiene que ser cumplido. Por ese camino se ha producido un secuestro de la política desde las formas predominantes de hacer dinero, la complicidad y la connivencia de los políticos.

  • Desequilibrios territoriales internos:

En el Estatuto de  1981 se plantea el logro de  “superación de los desequilibrios económicos, sociales y culturales entre las distintas áreas  de Andalucía, fomentando su recíproca solidaridad” en el Estatuto de 2007 también se incluye entre otros objetivos “ la consecución de la cohesión territorial, la solidaridad y la convergencia entre los diversos territorios de Andalucía, como forma de superación de los desequilibrios económicos, sociales y culturales y de equiparación de la riqueza y el bienestar entre todos los ciudadanos, especialmente los que habitan en el medio rural”.

Mientras tanto, los resultados de Censos y Padrones de población, muestran una profundización de las desigualdades territoriales en el interior de Andalucía, más de la mitad del territorio andaluz continúa perdiendo población en los últimos 30 años.

Por una parte, un amplio conjunto de demarcaciones municipales, 418, continúan despoblándose. Este grupo conforma un espacio que comprende más de la mitad del territorio andaluz; se trata de espacios en los que la crisis de la agricultura tradicional no ha sido compensada por otras alternativas económicas capaces de detener el deterioro demográfico. Un segundo grupo de demarcaciones y núcleos de población, estructurados básicamente alrededor del Valle del Guadalquivir, mantiene su participación en la población total andaluza, con un crecimiento demográfico muy moderado, y el tercer grupo que conforma el otro polo, el área más dinámica  de un mapa de Andalucía que proyecta un modelo económico configurado territorialmente en la globalización como una economía de archipiélago, a pesar de que en ellos se sitúa una parte muy importante del patrimonio natural de Andalucía, cumple funciones fundamentales para el mantenimiento y la reproducción del modelo de crecimiento que se concreta en los espacios más valorizados por el capital.

  • La situación periférica de Andalucía:

El Estatuto de Autonomía de Andalucía, enfatiza la necesidad de superar la asimetría, la desigualdad en las relaciones entre Andalucía y el resto de los pueblos del Estado, reivindicando “la constante promoción de una política de superación de los desequilibrios existentes entre los distintos territorios del Estado” y planteando como objetivo “la convergencia con el resto del Estado y de la Unión Europea”. En este sentido, la adversa situación de la economía andaluza, manifiesta  su dependencia y marginación en relación con otras comunidades se venía asociando a dos cuestiones:

1.       Su escasa capacidad para generar rentas, como ponía de relieve la débil participación en el valor añadido por la economía española.

2.       Las razones de esta escasa capacidad de la economía andaluza para generar valores monetarios había que relacionarlas con su dedicación  a tareas peor remuneradas dentro del sistema. De tal modo que, en la división territorial del trabajo consolidado dentro del Estado Español, Andalucía se venía encargando de las materias primas y alimentarias, dentro de una especialización que giraba en torno a la explotación de sus recursos naturales. Andalucía jugaba un papel de rango inferior, con relaciones asimétricas con respecto a los centros industrializados.

Considerando a los centros industrializados como modelo de referencia, Andalucía estaba “en la otra cara del desarrollo”. Andalucía continúa siendo una economía extractiva suministradora  de productos primarios como venía siendo tradicionalmente.

La economía andaluza, continúa presentando una mayor vulnerabilidad, asociada a su estrecha especialización, que se une a su escasa capacidad para apropiarse de los valores monetarios. Por otra parte, el crecimiento en una estructura económica como la andaluza, no surte los efectos de difusión, de arrastre y de refuerzo de la cohesión del tejido económico sino que, en la medida en que refuerza las actividades próximas a su estrecha especialización contribuye a reproducir y ampliar los desequilibrios de partida.

En los centros “desarrollados” se localizan las funciones estratégicas de gestión y control del sistema económico. Mientras tanto, Andalucía continua siendo abastecedora de productos primarios que cubren las primeras fases de elaboración de cadenas más complejas cuyos eslabones finales se localizan en el exterior. Dentro  de este esquema, el crecimiento económico,  en la medida en que refuerza la especialización primaria, reproduce y amplía las desigualdades, alejando a Andalucía de los territorios centrales. En este contexto en el que el poder político se traslada al ámbito de lo económico, este papel se traduce en una marginación creciente en los procesos de toma de decisiones, encontrándonos cada vez más lejos de una realidad en la que los recursos andaluces sirvan para construir una base social y económica que, contribuya a mantener y enriquecer la vida en Andalucía.

  • ¿Hacia dónde mirar?

En medio de un panorama como el que acabamos de describir, las soluciones que se vislumbran desde el sistema pretenden aumentar su continuidad; pero si algo nos ha enseñado nuestra experiencia ha sido que si queremos tener por delante una perspectiva de futuro, no nos vale con reproducir el presente.

Nuestra mirada se orienta desde una Andalucía que tienen una situación periférica subalterna al sistema, y que a su vez forma parte de un mundo inmerso en una crisis que va mucho más allá de lo económico. Una crisis que atraviesa el conjunto de las estructuras políticas, sociales, económicas y culturales, pero también las construcciones éticas o epistemológicas que implican la propia comprensión de la vida.

Por otra parte, pensar en una realidad diferente nos lleva a utilizar una mirada diferente a la que propone la ideología dominante, que en el ámbito de la economía ha creado el centro de atención exclusivamente monetario.

Sobre el incremento de lo monetario cabe también presentar como algo verosímil la idea de crecimiento sin límites. Necesitamos una manera de entender la economía que haga visibles las dimensiones y las relaciones que tienen lugar en ese entorno físico y social y que funcione como una lógica que vaya más allá del crecimiento y la acumulación de la “riqueza” y de poder como objetivos prioritarios. Una  economía que centre la atención en el mantenimiento y el enriquecimiento de la vida social y natural, desde una idea de sostenibilidad que no solo haga referencia a  que la vida pueda continuar, sino a que eso signifique condiciones de vida aceptables para toda la población. Por eso,  no es posible hablar de sostenibilidad si esta no va acompañada de equidad.

Como experiencias y prácticas alternativas que sostengan nuestra base material podemos servirnos de muchas de las que ya están en marcha o están tratando de ponerse en funcionamiento en Andalucía y fuera de Andalucía  en Andalucía o fuera de Andalucía, basadas en valores y principios diferentes a los que rigen en la actualidad: la cooperación, la cohesión social, la defensa de los bienes comunes. Se trata de “producir para vivir”.

Veíamos que Andalucía, desde el punto de vista de la división territorial del trabajo aparece como una gran plataforma exportadora de productos agrarios, con escaso aprovechamiento y altos costes sociales y ecológicos para el entorno rural en el que se localiza esta especialización. Una manera alternativa, sostenible y viable de concebir lo alimentario, invirtiendo la lógica con la que ahora funciona, un modo de construir maneras de alimentarnos que vayan a nuestro favor, tiene cada vez más trazas de realidad, concretándose en la propuesta de soberanía alimentaria, una propuesta basada en el derecho de los pueblos a definir su política agraria y alimentaria y que  en Andalucía ha sido acogida por grupos, asociaciones, y movimientos sociales que tratan de llevarla a la práctica. Se trata de recuperar el control sobre el ámbito agroalimentario. Pero supone también otra manera de gestionar el territorio, priorizando la articulación entre la producción agrícola local y el acceso a los mercados locales, apostando por circuitos cortos de comercialización y suponiendo una reactivación para los tejidos económicos locales desde maneras distintas de entender lo económico.

Hay alternativas; lo que no hay es voluntad política ni poder que las haga prosperar. Por eso, es urgente y prioritario rescatar la política en su sentido más noble para poder construir una economía que pudiera estar al servicio de la vida y no al contrario como ahora sucede.


                                                                                                                                                                                                         







En el siguiente tema que comentamos sobre desigualdad social en España con una introducción de la historia de las grandes empresas multinacionales que hoy día conocemos y como llegaron a obtener los beneficios tan altos que pueden llegan a facturar, el transcurso de las principales empresas que cotizan en bolsa para llegar a entender su modo de actuación y las consecuencias que sus prácticas provocan en la sociedad y el entorno, algunas noticias impactantes recopiladas en la red y una conclusión propia que muestra nuestra opinión al respecto, que os ayudara a entender nuestra forma de actuar relacionada con temas cotidianos que abarcan desde la energía eléctrica, la medicina, los alimentos o los combustibles.



Desigualdad de oportunidades

Introducción

Si hace 15 años alguien hubiera pronosticado que hoy en día las empresas españolas poseerían la mayor empresa de telefonía móvil del Reino Unido (O2), que operarían tres de las líneas del metro de Londres y los principales aeropuertos del país (incluido Heathrow), que habrían adquirido uno de sus principales bancos hipotecarios (Abbey) y una empresa energética (ScottishPower), que dos de sus mayores bancos dominarían el escenario bancario de América Latina o que Inditex se convertiría en el segundo mayor minorista de moda del mundo por número de tiendas, nadie le habría tomado en serio, pensando que bromeaba. Pero esto es lo que ha sucedido, y no sólo esto. Aunque las entradas de inmigrantes son el factor hacia el interior más significativo en la España de hoy, el principal factor hacia el exterior son las enormes inversiones en el extranjero de las empresas españolas y la creación de un considerable número de multinacionales.
El ingreso en la Comunidad Europea (CE) en 1986 y el Acta Única Europea en 1993 supusieron un gran cambio, catalizador de un mayor impulso de las inversiones en el exterior. La España corporativa pasó de centrarse en defender el mercado interior, relativamente maduro, a expandirse con empuje y dinamismo en el exterior. La liberalización del mercado interior a medida que se iban aplicando directivas sobre el mercado único europeo hizo que las grandes empresas españolas, especialmente las controladas por el Estado en sectores oligopolísticos como las telecomunicaciones (Telefónica), el petróleo y el gas natural (Repsol y Gas Natural) y la electricidad (Endesa), que se privatizaron posteriormente y adquirieron gran riqueza en efectivo, así como los grandes bancos, tomaran conciencia de la necesidad de reposicionarse en este entorno más competitivo. Ese endurecimiento del entorno se vio reforzado por un boom de la IED en los primeros años posteriores al ingreso en la UE, cuando difícilmente transcurría una semana sin que se produjera una adquisición y parecía que España estaba en venta.
La respuesta estratégica a la amenaza de una adquisición era hacerse más grande y pasar a la ofensiva. La liberalización del país brindó a las empresas españolas esa oportunidad, y éstas no la desaprovecharon. Las inversiones directas en el extranjero aumentaron
A partir de principios de la década de los noventa se produjo una expansión en el extranjero, tras una oleada de fusiones, reestructuraciones y privatizaciones que mejoraron la masa crítica de Repsol, Endesa y los grandes bancos, BBVA y Santander, entre otros. Sus adquisiciones en el exterior han convertido a estas empresas, y a algunas otras, en actores importantes de la escena corporativa internacional. Nueve empresas españolas figuran en el ranking Fortune Global 500 de las mayores empresas del mundo elaborado en base a los ingresos de 2006.
Además de los propios factores de empuje (push factors) de las empresas, también se dieron diversos factores de atracción (pull factors). Dos de ellos son de carácter meramente económico: la liberalización y la privatización abrieron sectores de la economía de América Latina que hasta ese momento habían estado fuera del alcance y se necesitaba capital para desarrollar las infraestructuras de la región, por lo general pobres.
Otro factor que ha contribuido a la expansión, y que no debería pasarse por alto, es el hecho de que las empresas españolas sean capaces de deducir de los impuestos el 30% de los costes del fondo de comercio de cualquier compra de una empresa extranjera. El fondo de comercio es la diferencia entre el valor contable de los activos de una empresa y el precio real pagado por ella. Esto permite a las empresas españolas ofrecer más que otras empresas en una medida que no sería posible de otro modo.
La mayor parte de la IED en América Latina ha tenido lugar en empresas de servicio público, de telecomunicaciones, de servicios financieros y de infraestructuras, sectores protegidos como lo estuvieron en su día en España y que empezaron a liberalizarse y privatizarse.
A principios de 2002, las empresas españolas se habían situado entre los principales operadores del sector de las telecomunicaciones, la electricidad, el agua y los servicios financieros en toda América Latina. Telefónica es la tercera mayor empresa transnacional no financiera de América Latina, tras las estadounidenses Wal-Mart y General Motors, con ventas consolidadas por valor de 19.965 millones de dólares en 2005 (último año para el que se dispone de datos). Endesa es la 7ª, con 10.251 millones de dólares, e Iberdrola la 23ª, con 4.007 millones.
El alejamiento de América Latina a partir de principios de la década de 2000 (tras la crisis financiera argentina que afectó a los bancos y empresas que operaban allí pero que apenas afectó a la economía general española)
Para volver la atención a Europa, en particular al Reino Unido, a EEUU y, en menor medida, a Asia, estuvo marcado por diversas inversiones emblemáticas: la adquisición por el Santander del banco británico Abbey en 2004, por 12.500 millones de euros, la adquisición por el Banco Bilbao Vizcaya Argentaria (BBVA) de dos pequeños bancos en California y Texas y la adquisición por Telefónica de una participación en China Netcom en 2005 y la compra del operador de telefonía móvil O2 en Reino Unido, Alemania e Irlanda en 2006, por 26.000 millones de euros, la mayor adquisición española de una empresa extranjera de la historia. A pesar de ese alejamiento, América Latina sigue siendo una de las regiones que más contribuye a los resultados finales de un considerable número de empresas y bancos.
Aproximadamente el 40% de las inversiones se efectuaron en países emergentes, casi todos pertenecientes a América Latina, según un análisis realizado por primera vez por el Banco de España.
Si hace cuatro años eran 18 las firmas del IBEX que utilizaban este tipo de tácticas, el último informe anual del Observatorio de Responsabilidad Social Corporativa revela que ya lo hacen 30 de las 35 que componen el índice.
Estas prácticas de elusión fiscal no violan ninguna norma española o internacional, pero el director del estudio, Carlos Cordero, destaca que se producen en un contexto en el que los ciudadanos sufren recortes en salarios y en prestaciones sociales para reducir el déficit público, al tiempo que se les exige que aporten más a las arcas públicas.
En el año 2010, los ciudadanos españoles entregaron a Hacienda el 11,5% de sus ingresos, mientras que las empresas del IBEX-35 aportaron el 9,9% de sus beneficios.
El estudio señala además que ninguna de las firmas ofrece datos desglosados de los impuestos que pagan en cada uno de los países en los que están presentes.
El alto ritmo de convenios firmados por España se enmarca en la persecución de los delitos fiscales, pero las empresas pueden evitar pagar sus impuestos en los países donde generan el beneficio sin por ello incumplir ningún precepto legal.(paraísos fiscales no constatados)
El listado del ORSC incluye un total de 75 territorios y ha sido elaborado utilizando fuentes especializadas como las listas publicadas por la OCDE y la organización especializada Tax Justice Network, además del informe Hamon del Parlamento Europeo.
A modo de ejemplo, esas tres listas incluyen a Belice entre los paraísos fiscales, pero el país no aparece en el Real Decreto español.
Es por ello que en su reciente declaración judicial, el que fuera secretario del Instituto Nóos, Miguel Tejeiro, señaló que no cometió ningún delito al crear una sociedad en ese pequeño Estado centroamericano cuando ejercía como contable de entidades gestionadas por Iñaki Urdangarín, el yerno del Rey de España.
El informe del ORSC pone de manifiesto operaciones corrientes en el panorama empresarial español, como compraventas de fuel domiciliadas en Delaware o producciones de hidrocarburos de Ecuador domiciliadas en las Islas Caimán.

Las tiendas online, otra vía de evasión

El Observatorio alerta también del “agujero” que están creando las tiendas por Internet en lo que respecta a recaudación de impuestos debido a que las sociedades que se encargan de facturar las ventas “online” están ubicadas en territorios considerados paraísos fiscales.
Esto provoca un impacto negativo en el volumen de dinero recaudado tanto a través del impuesto de sociedades como del IVA.
Desde el ORSC señalan que la elusión “legal” de impuestos seguirá aumentado mientras los gobernantes no pongan límites y las empresas sigan viendo con buenos ojos “las estrategias agresivas de optimización fiscal”.

 

La mayoría de grandes empresas que cotizan en bolsa y pertenecen al Ibex35...


·         Al menos siete de esas empresas eran públicas hace unos años.

·         Al menos seis son bancos a los que “ayudamos” mientras están dejando gente en la calle.

·         Más de diez operan en mercados que no son libres, por la gracia de unas licencias que a ellos les concede el Estado y a otros no. Sucede al menos con las eléctricas, con Repsol, con Tele5 y con las adjudicatarias de autopistas.

·         Y casi todas tienen un importante volumen de negocio (y por tanto de beneficios que evaden) en la contratación con el Estado.

·         Por otro lado cada vez que  compren en Amazon, viajen en Ryanair o se compren cualquier producto informático de Apple o Microsoft están contribuyendo a esto mismo de forma indirecta.

·         Este país vive de los que tenemos nómina, pues autónomos y pequeñas empresas, si pueden, para malvivir han de hacer algo de trabajo en “B” .Pero lo indignante y vergonzoso es que el gobierno cambie leyes para protegerse ellos en la corrupción, a los banqueros y a las empresas que se llevan la producción a países donde la mano de obra es esclavitud. Y que dicen que hemos llegado aquí por el bienestar alcanzado, y que no podemos sostener.
Si cuando todo iba bien se han llevado empresas y dinero fuera. Ahora que esta ley ayuda a que se despida. Cuando se toque suelo en el despido. ¿Cual es el plan “B”? ¿Quien va a sostener el país, de donde sacarán el sueldo los políticos?.¿Iremos a la esclavitud?. ¿De qué se nos culpará?.

·         No es una crisis, es una estafa.




Conclusión 


Al expandirse fuera de España, los más de 30 bancos y empresas mencionados en el presente documento (y existen más) han aumentado su tamaño y su fuerza y de ese modo son capaces de defender mejor de posibles predadores sus intereses en el mercado nacional e impulsar y diversificar considerablemente sus fuentes de ingresos.

Sin embargo, cabe plantear la pregunta de si algunos de ellos han vinculado desproporcionadamente su bienestar futuro a América Latina. Hasta ahora han demostrado una notable capacidad de resistencia a las crisis periódicas que azotan la región: el tequilazo en México en 1994, cuando acababan de empezar las inversiones en la región, y el tangazo en Argentina en 2002, en el punto álgido de la primera fase de inversiones. Apenas se ha retirado de la región ninguna empresa española, a diferencia de lo sucedido con empresas de otros países; parece que están decididas a resistir a largo plazo, pase lo que pase.

América Latina, que en general ha disfrutado de estabilidad macroeconómica en los últimos diez años, sobre todo algunos de sus países, representa actualmente un porcentaje significativo de los beneficios. Los siete principales inversores en América Latina (Santander, BBVA, Telefónica, Repsol YPF, Iberdrola, Endesa, Unión Fenosa y Gas Natural) representaron cerca del 70% del índice Ibex-35 del mercado español de valores a mediados de 2007, lo cual supone un grado de concentración superior al de otros índices europeos, como el DAX alemán, el CAC francés o el FTSE 100 británico. Una crisis verdaderamente grande en América Latina haría caer en picado sus acciones, y por ende el mercado bursátil en su conjunto, y afectaría, en distinta medida, a los resultados finales de las empresas y los bancos más expuestos a ella.

La cuestión es si actualmente los riesgos en América Latina son mayores que en el pasado. La respuesta a esa pregunta parecería ser no, especialmente en los dos países de gran tamaño, México y Brasil pero sobre todo en Chile, mucho menor, la economía estrella de la región. Esos tres países (y Argentina) representan la mayor parte de las inversiones en América Latina. Venezuela y Bolivia, dos países sometidos a gobiernos populistas de izquierdas, sí resultan, sin embargo, países problemáticos, y el futuro de Argentina resulta igualmente impredecible. Dos de las grandes petroleras estadounidenses, ConocoPhillips y ExxonMobil, abandonaron Venezuela en 2007 tras negarse a aceptar las nuevas condiciones impuestas a los productores de petróleo pesado. Según esas condiciones, serían exclusivamente socios comanditarios de PdVSA, la empresa de petróleo estatal, y se esperaría que emitieran cheques para nuevas inversiones sobre las cuales no tendrían pleno control. La importancia relativa de los intereses de Repsol YPF en el petróleo pesado de Venezuela no son demasiado significativos, pero no hay garantía de que no vayan a adoptarse medidas similares contra él en otros ámbitos del sector petrolero del país.

La diversificación de las inversiones mediante un alejamiento de América Latina para dirigirse a Europa, especialmente al Reino Unido, a EEUU y, en menor medida, a Asia es una medida saludable, ya que ha reducido la exposición a América Latina, el área más vulnerable, y está generando una corriente constante de ingresos. En general, la incursión de España en el extranjero ha sido extremadamente positiva, aunque no ausente de problemas, y no sería de extrañar que surgieran más en el futuro.

El modo de operar es similar en la mayoría de los casos, introducir el capital en una economía favorable como países emergentes, dispuestos a otorgar ventajas para aumentar su competencia en el mercado frente a otros países, pero con el tiempo este método de explotación de recursos locales, desviación de ingresos al extranjero y abandono tras su obtención de beneficios deja un panorama de desigualdad, pobreza  y malestar social a veces irreparable a corto plazo.

La desigualdad social crece en España y otros países de occidente a un ritmo abismal,  ya que décadas anteriores, esta diferencia era mucho menor y sólo unos pocos privilegiados gozaban de grandes riquezas mientras entre la clase media-alta no existía tanta desigualdad como en la actualidad.

También un estudio realizado demuestra que esta nueva casta de ricos no sólo cobran más sino que pagan menos impuestos.

Los datos son alarmantes y no por la cifra de paro que supera el 24%(valor que fluctúa según la estación del año debido al incremento turístico), también la precariedad laboral de la población activa que roza el 34%, debido a la mala situación y condiciones en las que desempeñan su trabajo y más de un 25% de la población roza el umbral de pobreza y exclusión social.

Aumenta la brecha entre ricos y pobres de tal forma que en España ha significado que el 1% de los grandes millonarios haya pasado de controlar un 5% de la riqueza nacional en 1980 a controlar más del 7% hasta 2010, concluye. Esa desigualdad crece en todo el planeta.

Bibliografía


Arahuetes, Alfredo y García, Aurora (2007), ¿Qué ha sucedido con las inversiones directas de las empresas españolas en América Latina tras el boom de los años noventa y la incertidumbre de los primeros años 2000?, Real Instituto Elcano, Madrid, http://www.realinstitutoelcano.org/wps/portal/rielcano/contenido?WCM_GLOBAL_CONTEXT=/Elcano_es/Zonas_es/DT+35-2007.

Casilda Béjar, Ramón (2002), La década dorada. Economía e inversiones españolas en América Latina, 1990-2000, Universidad de Alcalá, Madrid.

Chislett, William (2002), The Internationalisation of the Spanish Economy, Real Instituto Elcano, Madrid, www.realinstitutoelcano.org/publicaciones/libros/wchislett.pdf.

Chislett, William (2003), Spanish Direct Investment in Latin America: Challenges and Opportunities, Real Instituto Elcano, Madrid, www.realinstitutoelcano.org/publicaciones/libros/SpanishDirect.pdf.

Chislett, William (2005), Spain and the United States: The Quest for Mutual Rediscovery, Real Instituto Elcano, Madrid, www.realinstitutoelcano.org/publicaciones/libros/ChislettEsp-EEUU-ingles.pdf.

Guillén, Mauro (2006), El auge de la empresa multinacional española, Marcial Pons-Fundación Rafael del Pino, Madrid, 2006.

La Caixa, informes mensuales, La Caixa, Barcelona.

Santander (2006), 2007 Strategy: The Changing Face of Spain, SCH, Madrid.

UNCTAD (2006), World Investment Report, Naciones Unidas, Nueva York.

Universidad Antonio de Nebrija (2006), La internacionalización de la empresa española: aprendizaje y experiencia, Universidad Antonio de Nebrija, Cátedra Nebrija-Grupo Santander, Madrid.

http://www.fuhem.es/ecosocial

http://vozpopuli.com/economia-y-finanzas









El siguiente artículo muestra la desigualdad de oportunidades que se da cada vez más entre pequeños y medianos comercios (tiendas de ropa, de juguetes, de calzado, de ventas de segunda-mano... carnicerías o pescaderías... bares y restaurantes... etc) y grandes multinacionales, la desigualdad de oportunidades y el trato distintivo que aún la población no es capaz de asimilar pero que traerá la destrucción de muchos oficios, empleos y precariedad laboral. Un ejemplo que podemos observar en nuestras ciudades, barrios y calles.


PEQUEÑO COMERCIO - GRANDES SUPERFICIES

Introducción


La Ciudad y el comercio tradicional


Se puede decir sin temor a equivocarnos que el intercambio de bienes y servicios junto con la defensa común han sido los motivos fundamentales del origen de nuestras ciudades. Las ciudades han sido históricamente mercados en el más puro sentido de la palabra.

Sin embargo, determinadas políticas han propiciado la progresiva desocupación del centro de la ciudad como área residencial contribuyendo a la degradación de los centros comerciales urbanos tradicionales.
Hemos vaciado nuestros centros de ciudad, sin por ello frenar la especulación ni facilitar el acceso al centro, degradando cada vez más su papel urbano. Por el contrario hemos urbanizado extensivamente los suburbios con zonas especializadas.
Con ello, la estructura de ciudad como tal corre peligro y con ella su capacidad de relación social y de actividad comunitaria.
El comercio mantiene viva la ciudad, pero el comercio para sobrevivir necesita población a la que servir. Un centro de ciudad necesita población residente interna suficiente para permitir la supervivencia de una parte importante de la oferta cotidiana.

La despoblación y la proliferación de las grandes superficies hace vislumbrar un escenario comercial de rápida transformación que amenaza la supervivencia del 50% de los establecimientos comerciales del país. El pequeño comercio español ha perdido ya un 45% de su cuota de mercado.

Lo que está claro es que el modelo de ciudad lo debemos decidir los ciudadanos a través de nuestros representantes políticos y nunca debe dejarse al libre albedrío ni a los intereses y voracidad los grandes especuladores. El libre comercio también debe tener unos límites, aquellos que imponen la protección de las ciudades, a sus cascos históricos, a sus barrios a sus comercios y a los consumidores. 

Hay que optar por la inversión en la rehabilitación, la accesibilidad y la sostenibilidad.



  Grandes superficies y pequeño comercio:

¿Son compatibles? ¿Hay espacio para todos?
Creemos que ambos modelos pueden convivir en sana competencia. Lo verdaderamente preocupante en la relación pequeño comercio-grandes superficies es que uno crezca tanto que acabe por eliminar al otro, algo que puede ocurrir si no se toman las medidas oportunas
Que diferencias podríamos resaltar: 

 Grandes superficies
-Ofrecen una amplia gama de productos
-Mejores precios (se aprovechan del menor coste de compra)
-Facilidades de horario (no cierran al medio día y abren los domingos)
-Creación de empleo precario y de baja calidad y en menor medida del que se destruye. Cuando las grandes superficies hablan de creación de empleo se olvidan de dos aspectos importantes: el número de empleos que destruyen y la exigua calidad de los que crean.
-Las grandes superficies están cambiando las costumbres sociales de nuestros ciudadanos de forma negativa
- Su principal preocupación es el beneficio que luego reinvierten en ¿? Desde luego no la región donde obtienen sus ingresos.
-Quienes acuden a ellas, gastan por lo general más de lo que necesitan, gracias a sus especialistas en marketing que ayudan a la creación de “necesidades”.


Pequeño comercio
-Proporciona calidad de vida por su proximidad
-Tiene las ventajas del trato personalizado
-Confianza, asesoramiento y calidad
-Mejora permanente de nuestros servicios (formación permanente)
-Las grandes multinacionales suelen mejor paradas por la administración con leyes que ahogan al pequeño comercio.
-A la hora de fomentar las actividades de la zona (fiestas, luces de Navidad, Cabalgata Reyes, rebajas…) son los primeros en dar soporte y colaborar.

  El pequeño comercio genera empleos que gozan de estabilidad con remuneraciones dignas y, a jornada completa. Es además una de las armas más útiles para evitar la degradación urbana.
Los problemas de congestión disuaden al ciudadano de acudir el centro en beneficio de otros equipamientos periféricos más lejanos pero más fluidos y cómodos para el usuario. 

La presión fiscal es excesiva para un comercio ya penalizado por la especulación sobre el valor inmobiliario, que pone en peligro el carácter comercial de la zona como ha ocurrido ya en algunas ciudades donde solamente las entidades bancarias y otros negocios de gran rentabilidad han podido soportar los costes inmobiliarios exigidos por el mercado.
Las comisiones bancarias también estrangulan al pequeño.
El pequeño comercio es necesario para la ciudad y las administraciones tienen la obligación de apoyarlo porque sobre él se sustentan muchas economías familiares y porque es una actividad económica que ha generado muchos puestos de trabajo durante mucho tiempo. 



  Liberalización de horarios:

La liberalización de los horarios comerciales es otro de los factores que pueden influir negativamente sobre la competitividad de los pequeños establecimientos.
En la mayoría de comunidades el máximo permitido de apertura es de 72 horas durante la semana y ocho festivos al año. Mientras que las grandes superficies abren todos los domingos y festivos, solo un 9,9 % de los pequeños comercios lo hace: despachos de pan, comercios de pastelería, bollería prensa o coleccionismo.
Los pequeños comerciantes queremos el domingo para descansar o hacer otras cosas. Apostamos por la flexibilidad y por ampliar nuestros horarios, adaptándolo para que no “expulsen” a los clientes. Pero siempre que sea de Lunes a Sábado. Es ilógico que la liberalización se plantee en el comercio y no en otros sectores como la banca. Tiene que haber una moratoria que permita al pequeño comercio su adaptación a una ampliación e horario
La libertad de horarios comerciales solo puede producir una mayor sobreexplotación de las superficies de mayor tamaño, una pérdida de calidad de vida del pequeño comerciante o autónomo, y puede hacer peligrar buena parte del empleo en el sector. No olvidemos que los pequeños y medianos empresarios y autónomos del sector de la distribución comercial minorista y sus trabajadores suponen en nuestro país más del 80% del empleo del sector.
No se puede aludir al perjuicio que sobre los consumidores podría tener la desregulación horaria porque las encuestas demostraban ya en 1999 que solo el 1,4% de los ciudadanos mostraban malestar por el cierre de los comercios en domingos y festivos, y el 70% declaraba no haber comprado nunca en festivo
 

Noticias relacionadas:


Bruselas abre expediente a España por ayudas fiscales a sus multinacionales



La Comisión Europea abrirá un expediente contra España por permitir la aplicación de deducciones fiscales multimillonarias a la internacionalización de empresas españolas, expresamente prohibidas por Bruselas desde hace años.


Se trata de una operación prácticamente diseñada para que Telefónica, a raíz de la compra de la brasileña Vivo, pueda deducirse unos 4.000 millones de euros en varios años.


Hay también otros grupos que podrían beneficiarse de ese cambio introducido por el equipo del ministro Cristóbal Montoro contra el criterio de Competencia en España.


(Fuente: ELPAÍS)





BBVA, Santander e Iberdrola, según fuentes empresariales, podrían estar en la misma tesitura por varias adquisiciones.

Los ingresos procedentes de esa figura tributaria han sufrido un desplome desde el arranque de la crisis. Los tipos efectivos que pagan las empresas del Ibex, por ejemplo, están por debajo del 10%; en algunos casos, las grandes compañías apenas pagan en torno al 4%.

Pequeños comerciantes de la oriental ciudad india de Kolkata cierran sus comercios en señal de protesta contra la llegada de grandes cadenas multinacionales

Miles de tenderos del mercado Stuart Hogg, en la oriental ciudad india de Kolkata, no hablan más que de una cosa: qué harán cuando las compañías transnacionales invadan su histórico centro comercial.
El gobierno de Singh sostiene que su decisión, que afecta al sector del comercio minorista, a la aviación y a la radiodifusión, apunta a reactivar el crecimiento y la confianza de la hoy tercera economía de Asia.
Pero los pequeños comerciantes sostienen que allanará el camino para que multinacionales como la estadounidense Walmart, la británica Tesco y la francesa Carrefour exploten el enorme mercado de consumo de India, estimado en unos 500.000 millones de dólares que pasaran a ingresar en las arcas de estas multinacionales en lugar de repartir estos inmensos beneficios entre la población.
Por su parte algunas de estas multinacionales prometen crear empleo a más de 1000 comerciantes, pero esta medida es inútil ya que más de 30.000 puestos de trabajo serán destruidos.
Al principio, la situación mejorará para algunos demandantes de empleo y consumidores,  "Pero eso formará parte de una estrategia de las compañías para establecerse en el mercado"
"Una vez que estén instaladas, comenzarán a hacer lo desagradable", apuntó, y mencionó los ejemplos de Malasia y Tailandia, donde los pequeños comerciantes y agricultores sufrieron el impacto de la llegada de las multinacionales del sector minorista, al principios estas multinacionales rebajaron sus beneficios de forma intencionada hasta tener el control del comercio de la ciudad, poco después la precariedad, las nuevas medidas de empleo empobrecieron notablemente a sus comerciantes esclavos del nuevo sistema.



Las multinacionales españolas no devolverán ayudas fiscales

Las empresas españolas, especialmente las grandes multinacionales, no tendrán que devolver los beneficios fiscales generados por las compras de otras compañías extranjeras, aunque la Comisión Europea llegue a declarar ilegal la normativa que regula tales deducciones.

De esta deducción se ha beneficiado el grueso de las operaciones internacionales realizadas por empresas como Altadis, Abertis, Telefónica, Sacyr, Santander, Ferrovial, Acciona, Cintra o Iberdrola y también por muchas pymes. Las operaciones más llamativas que se han aplicado este beneficio fiscal han sido la compra de la británica O2 por parte de Telefónica y la de la eléctrica Scottish Power por parte de Iberdrola. Fue precisamente tras estas compras cuando se produjeron las denuncias de otros países europeos que han dado lugar al expediente de la Comisión.

Bruselas declarará que el incentivo fiscal es una ayuda de estado incompatible con la normativa comunitaria, pero no obligará a devolver las ayudas debido a las presiones acometidas por los lobbys presentes en el congreso que amenazan con retirar parte de sus beneficios declarados en nuestro país.



Las 'trampas' de las grandes empresas para tributar menos que un 'mileurista'


  • Reclaman una reforma profunda del impuesto de Sociedades
  • Se deducen la inversión en el extranjero y no tributan ingresos foráneos
  • Difieren el impuesto gracias a la libertad de amortización
  • El Estado 'está subvencionando y financiando los EREs'

·         La Organización Profesional de Inspectores de Hacienda (IHE) advierte de que el tributo que necesita una reforma "más en profundidad" de todos es el impuesto de Sociedades, pues de sus agujeros se están beneficiando numerosas grandes empresas que pagan "una tasa efectiva sobre beneficios inferior a la de un mileurista en el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF)".

·         El reto de reducir el déficit público es cada vez más difícil por la caída de la recaudación. En concreto, el impuesto de Sociedades acumula una reducción de más del 60% en el último año, "inexplicable sólo por la caída de beneficios empresariales".

·         "Se debe abordar urgentemente la tarea de tapar los agujeros fiscales más obvios del tributo", advierten los inspectores de Hacienda en un comunicado donde desglosan los 'trucos' más comunes para tributar menos.

El segundo gran beneficio fiscal es la libertad de amortización sin obligación de mantener plantilla, algo que perjudica a las pymes frente a las grandes empresas.

"La supresión del mínimo requisito de mantenimiento de plantilla ha hecho que, de hecho, el Estado esté 'subvencionando y financiando' los EREs de las grandes empresas".

"Antes de pensar en recortes impopulares e injustos o en subidas de impuestos para todos los ciudadanos, debe abordarse urgentemente la tarea de tapar los agujeros más importantes de nuestro sistema fiscal", concluyen la organización de Inspectores de Hacienda.

(Fuente: Informe de la Organización Profesional de Inspectores de Hacienda en España)


La Comisión Europea ha exigido a España que paralice de inmediato el sistema de deducciones fiscales del que se benefician las grandes empresas españolas por comprar compañías de fuera de la UE.
Bruselas ha lanzado una investigación en profundidad sobre este régimen ante las sospechas de vulnera las normas sobre ayudas públicas al otorgar una ventaja injustificada a las sociedades españolas.
Sin embargo, en marzo de 2012, el nuevo Gobierno de Mariano Rajoy adoptó una nueva interpretación administrativa vinculante, que permite de forma retroactiva deducciones fiscales no sólo para las adquisiciones directas sino también para las adquisiciones indirectas.
En caso de que el Ejecutivo comunitario concluya que el nuevo sistema es ilegal, las empresas que se hayan beneficiado de esta interpretación deberán reembolsar los beneficios fiscales. Por ello, Bruselas ha pedido que paralice su aplicación hasta que haya una decisión definitiva.
La Comisión ya pidió a España que recupere las ayudas fiscales concedidas a partir del 21 de diciembre de 2007 hasta 2012 con este régimen, que supera los 50.000 millones de euros repartidos en su totalidad a grandes multinacionales.
El informe que la OCDE ha presentado hoy (viernes 19 de julio) en el G20  interministerial de Moscú, Action Plan on Base Erosion and Profit Shifting (BEPS), incluye una serie de medidas destinadas a combatir la erosión de la base tributaria en estados naciones provocada por la ingeniería fiscal de las corporaciones multinacionales y el desplazamiento de beneficios a filiales situadas en paraísos fiscales. Pero, según los expertos en contabilidad de Tax Justice Network en Londres, se debería adoptar un sistema unitario para que  las multinacionales paguen sus impuestos en los  países en los cuales , de verdad, realizan sus actividades económicas (ventas, beneficios etc.) y no en regímenes offshore y paraísos fiscales. Como se ve en el gráfico, un sistema tributario basada en la actividad económica real supondría enormes ventajas para países en apuros como Grecia (su base tributaria subiría el 150%, según un estudio preliminar) mientras que aniquilaría a países como Luxemburgo, Holanda, Irlanda  suiza que atraen a multinacionales con   regímenes especiales que , según ya hasta la OCDE  reconoce, constituye una nociva competencia desleal.
(Fuente: La vanguardia)




Las multinacionales españolas emiten deuda en el exterior para evitar la 'Marca España'


Las grandes multinacionales españolas con filiales en el exterior han decidido comenzar a aprovechar otros escenarios más favorables para emitir deuda a un coste más reducido.
Es decir, a intentar deshacerse del lastre que, hoy por hoy, supone la 'Marca España' en los mercados de bonos.
Los bonos a emitir comprenderán un plazo que va desde los cinco años hasta los siete años. Se espera que la recaudación mínima sea de unos 500 millones de euros. La calificación de la filial por parte de la agencia de rating Fitch es de BBB.
Mientras que el bono español a diez años tiene que ofrecer una rentabilidad a los inversores del 4,92%, el bund alemán con ese mismo vencimiento –que es el principal referente para medir la confianza del mercado- se limita a ofrecer un interés del 1,25%.
(Fuente : Informe del FMI)



Sólo un 42% de las pymes logra beneficios frente al 83% de las grandes empresas


En el primer cuatrimestre de 2014 las pequeñas compañías han creado 169.000 empleos frente a los 10.000 destruidos por las multinacionales

2013 fue otro año negro para las empresas españolas, especialmente para las pymes, el número de empresas con pérdidas aumentó hasta un 48% frente al 45% del año anterior, según recoge el informe 'Diagnóstico Financiero de la Empresa' presentado  y realizado por Eada y Cepyme.
El 83% de las grandes empresas obtuvieron ganancias frente al 42% de las pequeñas o el 63% de las medianas.
Pero otros datos muestran irregularidades en el proceso ya que más del 80% de la deuda en los bancos y cajas de España provienen de multinacionales que curiosamente incrementan sus ingresos pero también su deuda que luego pagamos los ciudadanos.
El estudio muestra que una medida casi imprescindible para aumentar las ventas es la exportación. Sin embargo, solo un 28% de las empresas españolas en 2013 participaron en el sector exterior. «Hay una relación directa entre incremento de ventas y facturación con las exportaciones», señaló el profesor del Departamento de Finanzas de Eada, Rafael Sambola.
El sector exterior está en muy pocas manos. A pesar de que en 2013 el número de empresas que exportadoras alcanzó las 150.992 solo las 1.000 primeras empresas acapararon el 68,3% de las exportaciones siendo el 70% de estas multinacionales o filiales de las mismas que optimizan sus exportaciones gracias a privilegios fiscales.


 


Conclusión y aportaciones:

Las grandes multinacionales consiguen sus grandes ingresos a costa del aumento de la pobreza y desigualdad de oportunidades entre sus competidores, consumidores e incluso sus trabajadores que a veces son explotados en condiciones de trabajo lamentables, en algunos casos de esclavitud y trabajo infantil en países subdesarrollados.


Estas ventajas fiscales, administrativas, tributarias están ligadas a políticas que favorecen o permiten estas acciones actuando a su necesidad de incrementar los beneficios sin importar las consecuencias, tanto sociales, administrativas, medioambientales… etc.



El cumplimiento de los deberes y obligaciones contraídos en virtud del derecho internacional, así como un desarrollo económico basado en el respeto de los derechos humanos sería la forma correcta de actuar.




Un compromiso internacional que asegure para todo el mundo los recursos básicos y las demás condiciones que garantizan la dignidad humana y que se engloban en la Declaración Universal de Derechos Humanos, deberían considerarse como los primeros pasos hacia el establecimiento de unas condiciones socioeconómicas mínimas para la economía global.


Una vía de desarrollo sostenible que ofrezca oportunidades para todos, proporcione empleo y medios de vida sostenibles, promueva la igualdad de género y reduzca las diferencias entre los países y entre la gente. Asimismo, es preciso que exista una mayor coherencia entre las políticas económicas, sociales y medioambientales.

Una gobernanza más democrática de la globalización, que propicie una mayor escucha y participación, y que garantice la rendición de cuentas sin dejar de respetar la autoridad de las instituciones de la democracia representativa y el Estado de derecho.

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